Después que Ud. ha tenido una pintura por cierto tiempo, es posible que empiece a notar que la imagen ya no luce tan clara o nítida como antes. Si la pintura se ha tratado con cuidado y se ha exhibido en forma adecuada, es posible que los cambios se deban al envejecimiento natural del cuadro. A continuación se exponen algunos aspectos del proceso de envejecimiento natural que sufren las pinturas.
Acumulación de polvo, suciedad, tizne y humo
El polvo que los cuadros acumulan con el tiempo, puede por si solo oscurecer la imagen de la pintura. Sin embargo, en la superficie de una pintura también se acumula suciedad, tal como tizne o alquitrán de tabaco. Aunque la mayor parte de la suciedad se puede remover con cuidado, el daño causado por el tizne y el humo puede alterar el tono de la pintura permanentemente, en especial si el soporte no es de primera calidad o si la pintura no fue barnizada.
La capa de barniz envejece
Las pinturas al óleo tradicionales, usualmente la última mano de pintura es de barniz, la cual se aplica sobre las capas previas con el objetivo de saturar los colores y proteger la pintura del polvo y de la contaminación atmosférica. Los barnices tradicionales contienen una resina natural que, cuando se aplica como una capa fina en la superficie, se seca y se convierte en una película dura, brillante y transparente. Las resinas naturales se oscurecen con el tiempo y entonces se puede hacer difícil ver la imagen del cuadro y se puede alterar el balance del tono.
Los materiales de la pintura envejecen
Desde el momento en que se termina un cuadro, éste empieza a envejecer. Dependiendo de la calidad, la combinación y la naturaleza de los materiales usados en su elaboración, tanto como del ambiente, un cuadro puede envejecer bien o no. Un cuadro nuevo en buenas condiciones empieza a deteriorarse como resultado únicamente del paso del tiempo. Los materiales usados pasan por un proceso de sequedad que establece cierta tensión interna en la estructura. Esto puede continuar por varios años, décadas o siglos. Cuando las distintas manos de pintura se secan, se contraen, y las capas entonces se quiebran o se rompen en fracciones. Si la pintura ha sido bien elaborada y el artista ha usado técnicas sólidas, la apariencia del cuadro no sufre con el tiempo. Quebraduras pequeñas pueden atrapar y retener polvo, pero una limpieza que remueva el polvo de la superficie del cuadro, en muchos casos, elimina el efecto deformante.
Si la capa final es gruesa y contiene mucho aceite, es posible que la superficie se arrugue. Además, si la primera capa no ha sido adecuadamente aplicada, ésta puede causar pequeñas quebraduras en la superficie. A medida que el cuadro continúa envejeciendo, las distintas capas de pintura pierden flexibilidad y se tornan quebradizas. Tanto la expansión como el encogimiento de la estructura de soporte, añaden, a causa de la absorción y la emisión de humedad del aire, cierta presión que ocasiona quebraduras.
Algunos pigmentos cambian
Algunos pigmentos son naturalmente sensitivos a la luz ultravioleta, a ácidos o a bases. La exposición de estos pigmentos sensitivos a cualquiera de dichos elementos, causaría su decoloración. La luz del sol contiene rayos ultravioletas, de manera que si se expone una pintura con dichos pigmentos sensitivos, a la luz directa del sol, éstos pueden decolorarse. Si se trata de limpiar un cuadro con soluciones ácidas o de limpieza, éstas también podrían causar la decoloración de los pigmentos.
También ocurren daños físicos
Las quebraduras también ocurren debido a accidentes mecánicos, tales como mucha o poca presión en el frente o reverso del cuadro. Prácticamente todas las marcas que se ponen detrás de un lienzo, afectarán con el tiempo, la superficie del mismo. Si se escribe sobre la parte de atrás de un lienzo, el óleo se puede descascarar. Si el lienzo se moja al colocarle una etiqueta, el óleo se puede quebrar. Cualquier golpe repentino dejaría también inevitablemente una marca, aún en el caso de que no rompa el óleo.
¿Qué se debe hacer?
Para prevenir el envejecimiento natural de una pintura no se puede hacer nada mejor que cuidarlo conscientemente y tratarlo con precaución. Los conservadores de cuadros pueden ayudarlo a preservar sus cuadros durante el mayor tiempo posible, ya que se trata de personas profesionalmente capacitadas y con años de experiencia. Cuando tenga preguntas o inquietudes acerca del cuidado de un cuadro, deberá solicitar el consejo o los servicios de un conservador. Ellos podrán asistirlo tanto con el mantenimiento de sus cuadros (la limpieza del polvo y la suciedad) como con la reparación del daño causado por algún desafortunado accidente (cuadros que se caen de sus clavos, incendios, inundaciones, daños provenientes de insectos, etc.)
Los conservadores están comprometidos a conservar el arte original del cuadro. Ellos harán todo lo posible para recobrar y preservar la intención original del artista. Los conservadores nunca alterarán o modificarán un cuadro a fin de satisfacer su gusto personal. El objetivo de un conservador de cuadros es preservar nuestra herencia cultural.
Documento preparado por Jia-sun Tsang, Conservador de pinturas